Clindamicina Ecuagen

Está indicada en el tratamiento de infecciones causadas por bacterias anaerobias y grampositivas sensibles, incluyendo neumonía, infecciones óseas, articulares, pélvicas, intraabdominales, septicemia y afecciones cutáneas o de tejidos blandos. También se emplea en actinomicosis, babesiosis, erisipela, otitis media crónica, sinusitis, y en infecciones por Pneumocystis carinii en combinación con primaquina, así como en toxoplasmosis del sistema nervioso central junto con pirimetamina, especialmente cuando no se toleran terapias convencionales. Posee actividad contra Toxoplasma gondii, Plasmodium spp (en combinación con quinina para malaria resistente), y una amplia gama de anaerobios como Clostridium perfringens, Peptostreptococcus, Fusobacterium spp (excepto F. varium), Veillonella y Bacteroides fragilis. No es eficaz frente a hongos, virus ni levaduras.

Vía oral: con dosis ajustadas según la condición del paciente, la severidad del cuadro y la sensibilidad del patógeno. Generalmente, se recomienda entre 600 y 1800 mg/día divididos en tres o cuatro tomas, acompañadas de agua para evitar irritación esofágica. El tratamiento de infecciones por estreptococos β-hemolíticos debe prolongarse al menos 10 días. En enfermedad pélvica inflamatoria y cervicitis por Chlamydia trachomatis, se usan 450 mg cuatro veces al día durante 10 a 14 días. Para encefalitis toxoplásmica en pacientes con SIDA, se indica 600–1200 mg cada seis horas por dos semanas y luego 300–600 mg, junto con pirimetamina y ácido fólico, por 8 a 10 semanas. En neumonía por Pneumocystis carinii, se administra 300–450 mg cada seis horas junto con primaquina por tres semanas. En amigdalitis o faringitis estreptocócica, se recomiendan 300 mg dos veces al día durante 10 a 14 días.